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ISSN 1989-4163

NUMERO 25 - SEPTIEMBRE 2011

Pintaré un Grafiti en tu Corazón

Rubén Castillo

Autor: Julián Montesinos, Sevilla, Edimáter, 2011, 125 páginas

Pocas veces el mundo de los blogs habrá dado tanto de sí para la literatura como lo hace en las manos de Julián Montesinos (Alicante, 1963) en esta novela de corte juvenil que publica la editorial sevillana Edimáter. En ella, un profesor de instituto llamado Juan Martínez decide crear un blog para sus alumnos de segundo de bachillerato, que quiere convertir en un espacio cultural donde se intercambien ideas, se fomenten iniciativas y se consoliden vínculos entre profesor y alumnos. Al principio, la idea es mantenerlo dentro de unos cauces “académicos”, pero pronto descubrirán todos que es imposible refrenar las pasiones y sentimientos. Tanto uno como otros irán comentando detalles de sus vidas privadas: Guiomar y Álex, por ejemplo, usarán ese ámbito virtual para hablar de amor; aflorarán las confesiones de un chico cuyo padre está atrapado en las redes del alcohol; y el propio Juan Martínez, el profesor (al que sus alumnos llaman Tejoqui), deslizará en la página 58 que sus abundantes lecturas juveniles “dieron como resultado, cuando aún no tenía los treinta, mi primer libro de poemas, que fue publicado por la Fundación José Luis Cano, de Algeciras”. No hay que indagar mucho en la biografía de Julián Montesinos para descubrir que, a esa misma edad, obtuvo el premio Bahía de poesía por su trabajo Paisajes y desconciertos, que fue publicado por la citada fundación. No es el único detalle autobiográfico de la novela, pero dejaré que sean los lectores quienes descubran los demás. Ese blog, no obstante, es solamente uno de los centros neurálgicos de la novela, porque a la vez que vamos leyendo los comentarios y entradas del mismo tenemos la oportunidad de conocer el diario de Marcos, un chaval cuya madre va a ser sometida a un durísimo tratamiento de quimioterapia. A través de los ojos de Marcos iremos aproximándonos a su padre (un corresponsal de guerra que ha viajado por medio mundo), a su abuela (que sufrió un pequeño derrame cerebral), etc. Y el tercer núcleo narrativo tiene como eje al padre de Marcos, que está planteándose abandonar su vida ambulatoria como reportero freelance para establecerse al lado de su familia, que lo necesita ahora más que nunca. Padres viajeros o borrachos, madres y abuelas que sufren enfermedades de gravedad, profesores que atesoran sus propios conflictos, adolescentes que descubren los altibajos iniciales del amor... Todo se conjuga maravillosamente en “una especie de novela puzzle” (página 109) que el escritor alicantino redacta con impecable destreza y con espléndido conocimiento del lenguaje y la psicología juveniles.

Julián Montesinos

 

 

 

 

 

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